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Las células tiroideas son así una diana específica del yodo. Si administramos en vez del yodo normal un isótopo radioactivo de este, como es el I-131, este pasará a las células tiroideas y se podrá detectar mediante nuestros equipos.
El rastreo gammagráfico con I-131 es una prueba diagnóstica, que utilizamos para detectar células tiroideas en pacientes a los que por un cáncer tiroideo se les ha quitado el tiroides. Después de la intervención hay que descartar que queden restos de tiroides en cuello o que este cáncer se haya propagado a cualquier otro lugar del organismo. Además se realizarán estos rastreos periódicamente para detectar posibles recidivas de la enfermedad.
Para todo ello realizamos este rastreo, que detectará cualquier vestigio de tejido tiroideo a nivel celular y determinará la pauta terapéutica a seguir.
El yodo lo utiliza nuestro organismo como materia prima para la síntesis de hormonas tiroideas. Estas hormonas se sintetizan en la glándula tiroidea. La célula tiroidea atrapa el yodo por la acción de una bomba tiroidea de Yoduro sódico que concentra yodo intracelular de 25 a 500 veces la concentración plasmática. El yodo circulante que no es atrapado por estas células se elimina por orina.
Retiraremos el tratamiento hormonal sustitutivo las 3 semanas previas.
Ninguna
Rastreo total, imágenes estáticas y/o spect.