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En el contexto del infarto se produce un incremento de flujo de calcio a la zona afectada, que tenderá a formar cristales de fosfato cálcico, el mismo material que conforma nuestros huesos. Por tanto, un radiofármaco capaz de fijarse al hueso (99mTc-PYP) se fijará también a este tejido calcificado, con lo cual podremos observar el área infartada y valorar su intensidad, localización y tamaño.
Se trata de una prueba que presenta una alta sensibilidad, especialmente entre las 12-72 horas tras producirse el infarto. Además, conlleva utilidad pronóstica, ya que la persistencia de captaciones anómalas varios meses después del infarto se relacionan con un alto riesgo de repetición de eventos cardiovasculares, mientras que, por el contrario, un descenso de la captación a los pocos días es indicativo de mejoría.
Cuando se produce un infarto de miocardio, una parte del músculo que recubre el corazón y que es responsable de su función contráctil deja de recibir aporte sanguíneo suficiente, por lo que no puede satisfacer sus demandas metabólicas, con la consiguiente muerte celular y la pérdida total de la capacidad de contracción cardíaca a dicho nivel.
Colimador de baja energía y alta resolución. Imágenes planares (valorar en función del caso): Oblicuas anteriores, lateral izquierda. SPECT.