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El marcaje de eritrocitos o hematíes (células rojas de la sangre) con 99mTc-Pertecnetato nos permite llevar a cabo el estudio del trayecto intravascular de la sangre y la detección, mediante una secuecia de imágenes adquiridas a lo largo del tiempo, de focos de hemorragia, así como la existencia de sangrado activo en el momento de la exploración. Ésto se debe a que, ante una lesión a nivel vascular que origine pérdida de sangre, podremos registrar mediante imágenes el área donde se produce dicha pérdida, gracias a la actividad del 99mTc-Pertecnetato.
El estudio de hemorragia gastrointestinal con radioisótopos es una prueba de demostrada utilidad clínica, principalmente recomendada como exploración previa a la angiografía, dado que supone exposición a dosis menores de radiación para el paciente, localizar el origen de la hemorragia aunque ésta no esté activa, y la orientación anatómica al radiólogo vascular, que, con la información obtenida con el estudio isotópico, podrá ejecutar la angiografía de forma más rápida y con una menor cantidad de contraste a administrar.
Podemos dividir la hemorragia digestiva en dos tipos fundamentales, atendiendo al origen de la misma: alta (expulsión de sangre roja) o baja (restos negruzcos denominados melenas o deposiciones melénicas). En el primer caso, el diagnóstico suele obtenerse por sondaje gástrico y endoscopia; en el segundo, la determinación del origen suele ser más compleja. (La frontera anatómica entre ambos tipos de hemorragia es la unión entre duodeno y yeyuno, región conocida como ángulo de Treitz).
En el diagnóstico de hemorragia gastrointestinal, la prueba conocida como "patrón oro" es la angiografía, la cual es positiva ante la presencia de sangrado. No obstante, se trata de una técnica invasiva, supone la exposición a elevadas dosis de radiación por parte del paciente y, para ser positiva, requiere que la hemorragia sea activa en el momento de la realización de la prueba. Otros métodos diagnósticos como la coonoscopia tienen una utilidad limitada en estos casos.